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Censura religiosa

La censura impuesta por los poderes políticos, ya sean emperadores, reyes o señores feudales, en el transcurso de la historia, no fue el único. Desde el primer siglo de nuestra era se gestó una de las instituciones que, desde sus inicios, tuvo como característica el poder, el cual, con el transcurrir del tiempo fue adquiriendo más fuerza e influencia. Se trata de la Iglesia Romana que tuvo como gran impulsador a  Constantino. El poder eclesiástico que caracterizó a esa institución, abarcó también el ámbito político; podemos ver desde sus inicios la relación que tuvieron con el Imperio Romano y , luego, sus alianzas con reyes de otras tierras europeas.


Teniendo como marco esa censura religiosa, la Edad Media fue conocida como la época del oscurantismo, que no fue otra cosa que la censura impuesta a los pueblos, de un modo extremo, a fin de mantenerlos en la más completa ignorancia, evitando que se esparciesen enseñanzas con influencias humanistas provenientes del pensamiento griego, así como todo aquello que pudiera entenderse como contrario a los dogmas de la iglesia, dogmas que por tener carta libre para ser enseñados, se fueron desviando de la verdad central lo que condujo, con el pasar del tiempo, a la Reforma, conducida precisamente por un sacerdote: Martín Lutero.

El oscurantismo reprimió la libertad de expresión. Sin embargo, el hecho de carecer de la libertad de informarse, de aprender, no anulaba la condición humana que implica el pensar, razonar y, a pesar de las prohibiciones, el ser humano se encargaba de esparcir, clandestinamente, sus creencias, sentimientos, y rebeldías frente a un sistema represivo.

Podemos ver que aun cuando el ser humano sea privado de la libertad de expresión, no podrá ser privado de sentir, de razonar, de pensar y de buscar el momento oportuno para expresarse libremente, aun cuando eso signifique enfrentar el sistema político o religioso que lo oprime. Esto lo podemos ver a lo largo de la historia en lo que podríamos llamar la lucha del hombre por su libertad, que incluye la libertad de expresión y la libertad de prensa.

Pasaría el tiempo y, a mediados del siglo XV, Johannes Gutenberg daría a conocer la imprenta, invento que revolucionó los medios de comunicación y permitió la producción de libros de teología, biblias, filosofía y medicina. Sin embargo, la censura siguió haciéndose presente, esta vez sobre la imprenta, impidiendo la libertad de prensa.

Las publicaciones que permanecían y podían seguir siendo impresas, eran aquellas vinculadas al poder; en el caso de Francia, al absolutismo que obtuvo comentarios positivos y negativos desde diferentes sectores.

La imprenta, con la censura a cuestas, buscó las alternativas para sacar a la luz impresos que reflejaran de una u otra manera el sentir de los pueblos. Se presentaba nuevamente la lucha contra la tiranía y prepotencia de querer anular una libertad básica para el ser humano. Estaban en circulación los impresos clandestinos, las ideas opuestas al poder. Si bien los poderes eclesiástico y político utilizaron la imprenta para sus intereses y preservación del poder, los pueblos utilizaron esa misma imprenta para llevar impresa su voz de rechazo y la explicación de sus ideales.

Mientras que los impresos oficialistas iban formando una opinión, los impresos clandestinos lograban también formar una opinión muy aparte de la oficialista que, sin embargo, fue poniendo los cimientos para ese gran suceso de 1789 que traería grandes cambios entre las sociedades del mundo: la Revolución Francesa.

Esta censura religiosa originó que en 1550 apareciera la primera edición de los libros prohibidos llamada oficialmente: Index librorum prohibitorum. En dicho documento se incluyeron listas de frases, párrafos, hojas y hasta capítulos que debían ser suprimidos de los libros. También se incluyó la lista de autores y obras cuya lectura estaba prohibida bajo pena de excomunión y en algunos casos pena de muerte. Entre los autores prohibidos hubo pensadores como Descartes y Montesquieu, científicos como Copérnico y escritores literarios como Françoise Rabelais, La Fontaine y la lista siguió en aumento; llegaron a ser incluidos Kant y escritores como Émile Zola, Honoré de Balzac, André Gide y Jean-Paul Sartre.

Ese ejemplo de censura nos muestra que también quisieron mantener bajo control a los escritores literarios. Esa censura y, en muchos casos persecución de literatos y pensadores se ha seguido presentando a lo largo de la historia, aún hasta nuestros días, especialmente por regímemenes políticos dictatoriales o totalitarios, debido a que la literatura es un medio de expresión que conlleva el sentir de la sociedad y su tiempo.

Aquí alguns obras literarias que fueron incluidas en índex: Ensayos de Michel de Montaigne, El contrato social de Jean-Jacques Rousseau, Rojo y negro de Stendhal, Los miserables de Victor Hugo, Madame Bovary de Gustave Flaubert y muchos otros.

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Peligra libertad de prensa en Vietnam.

Libertad y censura parecen una constante en la historia del mundo y, obviamente, la prensa no escapa a ello. Habiendo empezado la segunda década del siglo XXI, continúan los esfuerzos y luchas por la libertad de prensa.
Si bien es cierto en la mayoría de países no sentimos el recorte de esa libertad y, por lo tanto, tenemos libre acceso a la información. Sin embargo, el pasado 04 de marzo pude leer en la página web de EL PAÍS una noticia que llevaba por título: “China y Vietnam amenazan la libertad de prensa”.
En la noticia publicada el periodista Gonzalo Fanji escribió: “Los periodistas vietnamitas llevan una semana inquietos. El pasado viernes entró en vigor un decreto que permite sancionar a aquellos que publiquen noticias que perjudiquen “los intereses del país o de su Pueblo” o que no hagan públicas sus fuentes de información”.
El decreto a que hace mención el texto hace referencia no sólo recorta explícitamente la libertad de los periodistas para informar, sino que, también, obliga a revelar las fuentes de las que obtienen sus noticias. Se trata de un ataque hacia las libertades de prensa, de expresión y de información.

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Libertad de prensa y libertad de expresión.

Un ejemplo de perseverancia y decisión en seguir su vocación y sus ideales, es el caso de la tunecina Mabrouka Khedir, periodista de profesión y vocación, que está cubriendo los conflictos en los países árabes y preparando sus informes y reportajes para el canal de televisión alemán Deutsche Welle TV del cual es corresponsal.
Decidió ejercer su libertad de conciencia y de ser humano para hacer aquello que deseaba hacer en su vida. En un reportaje publicado por el diario EL PAÌS, en su edición de hoy, Mabrouka dice: "Cubrir las protestas de Túnez ha sido para mí una experiencia única, algo que creo que va a aportar mucho en mi carrera. Me siento más libre y estoy segura de que ahora voy a disfrutar más de mi trabajo".
Ir a realizar su trabajo, con la cámara al hombro, le implica vestir ropas cómodas y no resulta extraño verla en pantalones y botas yendo al encuentro de su entrevistado o de la noticia que capturará con el lente de su cámara y, que, luego se encargará de editar, redactar y dejarla lista para su emisión. Por lo visto hace un trabajo que le gusta y que es su vocación.
La periodista tunecina ha sabido imponerse en el contexto social que le ha tocado vivir, el cual resulta muy difícil para una mujer, en el que viene desarrollando su labor informativa al poder ejercer, en medio de los conflictos que atraviesan en estos momentos varios países árabes, su libertad de prensa -como periodista- y, su libertad de expresión -como ser humano.
Creo que las protestas que se han desarrollado en diferentes países árabes, en lo que va del año, traerán consigo muchos cambios, muchos de los cuales pasarán a formar partede la historia del periodismo, como es el caso de la periodista tunecina Mabrouka Khedir.

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Por la libertad y la dignidad.

En EL PAÍS.COM he leido un excelente artìculo del peridista Enric González en el que nos muestra los diferentes conflicots y enfrentamientos acaecidos en los países árabes. En ellos podemos ver que los pueblos de esas naciones están luchando por liberarse de la opresiòn de gobiernos dictatoriales.

En esta lucha por la libertad y dignidad se encuentra inmersa la lucha por la libertad de prensa. Y, en medio de todos estos conflictos y la imposibilidad de comunicar la verdad en los medios de comunicación tradicionales, aparecen las "redes sociales" como una herramienta que permite llevar la voz de los pueblos, en estos momentos en conflicto y sobre quienes cae pesadamente la censura contra la libertad de expresión.

En su artìculo, el periodista González hace referencia a este tema, tomando como ejemplo el caso del tunezino Sidi Buzid, ocurrido en Túnez, y que originó que Buzid se prendiera fuego. Aquì cito el fragmento:
"La desgracia de Buaziz conmovió a sus vecinos y provocó una primera manifestación. La indignación se extendió rápidamente al país entero. Conviene resaltar aquí otro factor esencial e innovador de la revolución: Internet y las redes sociales. Cuando casi ningún medio informativo internacional había recogido aún la inmolación del frutero y las incipientes revueltas tunecinas, muchos jóvenes en un país tan lejano como Jordania habían adoptado ya la foto de Buaziz como avatar. La cadena de televisión catarí Al Yazira recogió el suceso porque uno de sus periodistas se enteró a través de Facebook". El artìculo completo lo pueden leer en el siguiente enlace: "Esta revolución es por dignidad".

Como podemos ver, la libertad de prensa tiene un gran aliado en las redes sociales.